De vuelta
De vuelta
La vida. El amor. El tiempo. ¿Qué les pasa cuando están de vuelta? A menudo sentimos que algo importante se nos ha ido, nos ha dejado. Sentimos el vacío de ese hueco que deja aquello que tenía un lugar importante en nosotros y de repente, sin avisar, sin despedirse, se va. Y sientes pena, te derrotas, el mundo parece ya no tener sentido...
Se va el amor de una persona, se va el cariño que te demostraba, se va el olor de aquél tu mar, se va el color de ese cielo, se va el sonido de tu ciudad, se va la alegría de un sentimiento... y llega el vacío. La desesperanza. El miedo. El vértigo. La angustia. Y hasta parece que te falta el aliento. Entras en ese túnel que parece no tener fin.
Pero lo tiene, tras andar más o menos recorrido, más o menos iluminado, y con más o menos baches y humedades, al final ves la salida. Todos los túneles la tienen. Y te parece mentira pero esa persona vuelve, vuelve su cariño, quizá con otra sonrisa y quizá con otra piel, vuelve el olor de tu mar, el color de tu cielo, el ruido de tu ciudad y la alegría de un sentimiento. Y entonces lo sientes, está de vuelta. De vuelta en casa.
Amor de vuelta. La vida de vuelta. El tiempo de vuelta. Y ahora tus ojos miran con más brillo, tus manos sienten más suave, tus oídos escuchan con más atención... Porque sí, está «de vuelta», ¡qué maravillosa sensación! Y entonces tú piensas: no fue tan largo ese túnel, no era tanta la humedad, no tan dura la tristeza... porque ahora, aquí, está de vuelta. Y esas dos palabras, y ese túnel, han despertado tu conciencia de aquello que ya eras, de aquello que ya tenías, de aquello que ya no valorabas y ahora sí. Porque ahora... está de vuelta.
San Roque
30/03/2017
La vida. El amor. El tiempo. ¿Qué les pasa cuando están de vuelta? A menudo sentimos que algo importante se nos ha ido, nos ha dejado. Sentimos el vacío de ese hueco que deja aquello que tenía un lugar importante en nosotros y de repente, sin avisar, sin despedirse, se va. Y sientes pena, te derrotas, el mundo parece ya no tener sentido...
Se va el amor de una persona, se va el cariño que te demostraba, se va el olor de aquél tu mar, se va el color de ese cielo, se va el sonido de tu ciudad, se va la alegría de un sentimiento... y llega el vacío. La desesperanza. El miedo. El vértigo. La angustia. Y hasta parece que te falta el aliento. Entras en ese túnel que parece no tener fin.
Pero lo tiene, tras andar más o menos recorrido, más o menos iluminado, y con más o menos baches y humedades, al final ves la salida. Todos los túneles la tienen. Y te parece mentira pero esa persona vuelve, vuelve su cariño, quizá con otra sonrisa y quizá con otra piel, vuelve el olor de tu mar, el color de tu cielo, el ruido de tu ciudad y la alegría de un sentimiento. Y entonces lo sientes, está de vuelta. De vuelta en casa.
Amor de vuelta. La vida de vuelta. El tiempo de vuelta. Y ahora tus ojos miran con más brillo, tus manos sienten más suave, tus oídos escuchan con más atención... Porque sí, está «de vuelta», ¡qué maravillosa sensación! Y entonces tú piensas: no fue tan largo ese túnel, no era tanta la humedad, no tan dura la tristeza... porque ahora, aquí, está de vuelta. Y esas dos palabras, y ese túnel, han despertado tu conciencia de aquello que ya eras, de aquello que ya tenías, de aquello que ya no valorabas y ahora sí. Porque ahora... está de vuelta.
San Roque
30/03/2017
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